Conoce cómo organizar y disfrutar de un baño de bosque en familia.
Los paseos familiares que se hacían a manera de esparcimiento y búsqueda de aire puro y que la vida moderna, cada vez más rápida, fue eliminado, los encontramos hoy revalorizados en los baños de bosque o terapia del Shinrin-yoku. Es una práctica cada vez más conocida, aunque es difícil encontrar información sobre cómo hacerlos en familia.
Diversos estudios recientes han venido destacando la importancia que tiene el contacto cotidiano con los espacios verdes para mejorar nuestra salud mental. Un artículo reciente del Instituto de Salud Global, por ejemplo, señala que los participantes de un estudio realizado para medir el impacto de los espacios verdes en las personas, presentaban un mejor estado de ánimo, más autoestima y un menor nivel de estrés cuando estaban expuestos a entornos naturales.
La naturaleza nos aporta equilibrio, confort y tranquilidad, y nos conecta a la vida en estado puro. Recorrerla paso a paso, disfrutando consciente de lo que ves y sientes, practicando el Aquí y el Ahora, trae muchísimos beneficios a nivel de salud física, mental y emocional.
A nosotros nos la recomendó una terapeuta amiga nuestra. Me interesé en el tema y entonces me topé con “El poder del bosque. Cómo encontrar la felicidad y la salud a través de los árboles” del Dr. en inmunología Qing Li. Comenzamos a practicarla con muy buenos resultados. Es una actividad de la que disfrutamos en familia, y que hoy quiero compartir contigo, por si te sientes motivada a probarla también.
“En un mundo en el que todo va demasiado rápido, los baños de bosque implican caminar despacio, sentir el sendero, tocar los árboles, el agua, oír el canto de los pájaros, el ulular del viento, la caída de las gotas del rocío…»
Primero: ¿qué es un baño de bosque?
Este es el primer punto para tener claro, para evitar confundir el baño de bosque con un trekking o una excursión para llegar a un sitio concreto. Y ojo, las excursiones son otra actividad estupenda para hacer en familia, pero ahora estamos hablando de algo diferente.
Un baño de bosque es en primero lugar un contacto personal con la naturaleza. Una experiencia de consciencia plena. Consiste en realizar un paseo tranquilo, contemplando lo que nos rodea, sin prisas ni juicio, para conectarnos con el entorno a través de nuestros cinco sentidos y nuestras emociones.
Es una práctica que nació en Japón en los años ochenta, como una iniciativa del Sistema de Salud Nacional para aliviar el estrés de la población y como medicina preventiva de enfermedades. Como explica Alex Gesse, coautor junto a Gorka Altuna del libro Baños de bosque. 50 rutas para sentir la naturaleza (editorial Alhenamedia): “En un mundo en el que todo va demasiado rápido, los baños de bosque implican caminar despacio, sentir el sendero, tocar los árboles, el agua, oír el canto de los pájaros, el ulular del viento, la caída de las gotas del rocío…»
cierra los ojos y respira…
¿Qué beneficios trae un baño de bosque en familia?“
Un baño de bosque es la excusa perfecta para salir de casa y dejar atrás las pantallas y las preocupaciones. Adentrándonos en la naturaleza compartimos juntos una experiencia que nos une. Con muy poco conseguimos ya grandes beneficios. Pero aún hay más.
Hoy, gracias a la investigación científica, sabemos que los pensamientos, emociones y comportamientos modulan y median las funciones endocrinas e inmunológicas. Los expertos afirman que adentrarse en la naturaleza refuerza el sistema inmunitario y la microbiota, reduce el estrés y ayuda a mejorar la concentración. El contacto con la naturaleza despierta la sensibilidad y las emociones a través de los sentidos. Además, en el bosque, como en cualquier entorno natural seguro, los niños y niños se sienten libres.
También existen estudios que afirman que practicar Shinrin-yoku para los niños con dificultades de atención – o con dificultad para regular su energía – tiene un efecto terapéutico, reduciendo significativamente los síntomas. El bosque calma la hiperactividad, favorece la concentración y el disfrute del momento presente. Es una experiencia verdaderamente terapéutica
En resumen, los baños de bosque traen muchísimos beneficios:
- Transmite calma, al reducir los niveles de cortisol
- Refuerza el sistema inmune y la microbiota
- Conecta con la naturaleza y con el grupo familiar
- Mejora la concentración
- Favorece la experimentación a través de los sentidos y las emociones
- Estimula el aprendizaje
Claves para organizar tu baño de bosque en familia
Ahora que ya conoces los baños de bosque y sus beneficios, si te apetece, es hora de organizar tu próximo paseo por la naturaleza en familia. Comparto contigo unas recomendaciones que a mi me han servido mucho a la hora de planificarlos con mi hijo:
- Escoge un camino corto y sencillo, preferentemente circular, de 1-2 kilómetros, como mucho. Si no tienes un bosque cerca de casa, puedes buscar otro espacio natural. Te dejo dos artículos que a mi me ayudaron a decidir mis rutas: Cinco baños de bosque para conectar con la naturaleza y con uno mismo (El País) y Seis rutas para iniciarse en los ‘baños de bosque’, la técnica más fácil y económica para mejorar nuestra salud.
- Prepara desde casa todo lo que vayáis a necesitar: lonchera, cantimploras, fiambreras, agua, frutas… Mi sugerencia es que disfrutéis de una alimentación saludable y natural, que forme parte también de la experiencia de contacto con la naturaleza. En mi caso ha sido de utilidad llevar protección para las picaduras de mosquitos y también tiritas para solventar algún raspón o rozadura.
- Caminad lentamente y con calma, dejando que vuestra intuición os guíe. Respeta los tiempos de los más pequeños. Sentarse a dibujar en la tierra, quedarse mirando una mariposa, tocar la textura de los árboles… todo ello forma parte de vuestra experiencia.
- Comparte con tu hija o hijo la importancia de cuidar el entorno a cada paso que deis. En mi caso, ha sido una gran oportunidad para transmitir amor por la naturaleza, al cuidar las plantas y los animales y a respetar el entorno. Y no solo como un deber, sino porque realmente se sientan conectados con la naturaleza, y reconozcan la necesidad de cuidarla.
Podemos proponer, por ejemplo, recoger algunos regalos que nos deja el bosque, como semillas, piedras, frutos caídos de los árboles… y guardarlos en casa, en una mesa de estación o bandeja de los tesoros. Así, nos habremos llevado un recuerdo, sin dañar el entorno.
- Al finalizar la experiencia, os podéis detener a comentar lo que habéis vivido y sentido. Una idea es aprovechar el momento de la comida, o la merienda, para compartir cómo ha sido la vivencia para cada uno de vosotros. Sin forzar nada, dejando espacio para que cada uno se exprese y cuente lo que quiera.
Toma en cuenta: Si hay algún miembro de la familia que sea alérgico al polen, es mejor evitar estos paseos en primavera.
Espero que este artículo te haya gustado y te anime a iniciar tu primer baño de bosque en familia. ¡Seguramente queráis repetir! Si tienes ganas de profundizar sobre el tema, te dejo aquí dos libros muy interesantes:
Los últimos niños en el bosque: Salvemos a nuestros hijos del trastorno por déficit de naturaleza. Richard Luov. Editorial Capitán Swing. Plantea de forma muy amena la relación o falta de ella, que estamos creando en los niños con respecto al medio ambiente.
El poder del bosque. Cómo encontrar la felicidad y la salud a través de los árboles. Dr. Qing Li. Rocaeditorial. Donde podrás encontrar con profundidad todos los detalles de esta maravillosa y poderosa terapia.
Andreina Agustí Silva
CEO Alelí, the natural parenting store